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NORUEGA
Una de las cosas por las que decidimos escoger este destino fue nuestra pasión por la naturaleza y el conjunto de áreas verdes, glaciares y fiordos que tiene este país. La cantidad de montañas repletas de antiguas rutas comerciales vikingas es otra atracción turística para practicar uno de nuestros deportes preferidos: el senderismo. Y como no, la otra razón era poder ver las enigmáticas auroras boreales, por esa razón decidimos visitar el país en invierno.
A continuación te explicamos nuestro viaje de siete días a Noruega con todos los detalles sobre qué ver, dónde ir y qué hacer; junto con nuestras opiniones personales. Ya que, al menos a nosotros nos encanta conocer las vivencias de otros que hayan estado en el destino elegido, para responder nuestras dudas y acabar de decidir qué trayecto hacer.
DÍA1: OSLO
A la hora de llegar a Noruega existen varias opciones, viajar por tierra, mar o aire.
Nosotros escogimos por aire. Cogimos un vuelo directo Barcelona a Oslo-Gardermoen, viaje que dura unas 4h, es la forma más rápida de llegar.
Se puede llegar al centro en metro desde el Aeropuerto en un trayecto de unos 25 minutos. Pasamos la primera noche en un hotel cercano a una parada de metro. Una de las cosas buenas que tiene Noruega es su transporte público, tanto el metro, tren o autobús gozan de un horario muy amplio; eso sí, su coste es medio-alto. Pero disponen de unos bonos que sirven para todos los transportes públicos.
Llegamos a media mañana hora perfecta para aprovechar a visitar la capital de Noruega, Oslo.
Después de establecernos en la habitación y dejar todo el equipaje aprovechamos para llenar el estómago. En Noruega como en muchos otros países tienes un sin fin de opciones a la hora de comer, desde comida típica del país hasta restaurantes chinos, hindúes, coreanos… en fin, lo que el estómago te pida.
Una vez repusimos fuerzas, fuimos a visitar el parque posiblemente más conocido de Noruega, llamado el parque Vigeland o parque de las esculturas. Está situado en Frognerparken, al oeste de Oslo, a unos 20 min en metro desde la estación central.
Está formado por 32 hectáreas y repleto de peculiares esculturas y figuras humanas. Cada una de estas figuras expresan un estado anímico de la persona, la verdad que es muy curioso, incluso algo tétrico, pero la composición y complejidad de algunas esculturas te dejará verdaderamente perplejo. Si eres amante o aficionado al arte te recomiendo al cien por cien que vayas a verlo.
Nosotros al ir en el mes de noviembre a parte del frío que hace para estas fechas, encontramos el parque cubierto por una espesa capa de nieve y hielo, cuando digo espesa capa me refiero a unos 30 o hasta 40 cm de nieve en algunas zonas y si, algún que otro resbalón nos llevamos, pero sin ningún incidente serio a parte de unas risas.
Tomamos nota para volver en verano o primavera cuando la nieve se haya ido porque dicen que es precioso con todos los jardines verdes perfectos para pasar un día de picnic.
Una vez el frío viento nos sacó del parque nos recogimos y fuimos a visitar las calles del centro, donde estábamos resguardados del viento, y aprovechamos para visitar la casa de Ópera de Oslo junto a la bahía del barrio de Bjorvika, una parte más de los inacabables y preciosos fiordos de noruegos.
DÍA 2 Y 3: TROMSO
Recién almorzados cogimos nuestras mochilas y volvimos hasta el aeropuerto, esta vez para coger un avión con destino Tromsø. Ciudad situada al norte, justo donde empieza el círculo polar ártico. ¿Por qué ahí? Esta ciudad es una de las mejores zonas para probar de ver las auroras boreales.
Se llega en una horita ,eso sí te recomiendo que reserves el vuelo con antelación, ya que no deja de ser una zona de turismo y a medida que se acercan las fechas para ver a estos fenómenos gaseosos los precios de los vuelos aumentan y se acaban. En nuestro caso nos salió a unos 120 euros por persona porque reservamos una semana antes de irnos, es lo que tiene hacer viajes medio improvisados a última hora.
Una vez en el aeropuerto de Tromso seguramente te sentirás como perdido en medio de la nada, al menos nosotros al principio nos sentimos así pero tranquilo, un poco más abajo encontrarás una pequeña parada de bus donde coger el autobús dirección a Tromso, no tiene pérdida y en la misma parada tienes un expendedor de billetes que puedes pagar tanto en metálico como tarjeta, don’t worry.
Lo que sí nos salió muy bien de precio y nos enamoró, es el apartamento que alquilamos a través de Airbnb. Se encontraba ubicado en una pequeña urbanización un poco alejada del centro de la ciudad pero no tuvimos ningún problema, ya que teníamos una parada de bus ahí mismo y en 5 minutos te encontrabas en el centro de Tromso.
Dato importante. Una vez estés en el país bajate alguna de las apps sobre transporte público, existen varias y son realmente una herramienta muy útil para saber el horario actualizado de todos los tipos de transporte público y sus rutas.
Este es uno de nuestros consejos principales, porque en Tromso tuvimos un pequeño susto a la hora de volver al aeropuerto, ya que era festivo en la zona y los buses no pasaban con tanta continuidad y casi perdemos el vuelo de vuelta a Oslo. Pero gracias a este tipo de app nos salvó el culo. Pero tranquilo, si aún así te falla el móvil o cualquier otro contratiempo, siempre existirán los taxis como solución de emergencia. Así que no te preocupes.
A lo que iba. Cogimos un apartamento para pasar la noche en Tromso y probar suerte a ver auroras boreales, pero en nuestro caso el tiempo no nos acompañó. No es que nevera, yo creo que toda la nieve del polo norte decidió caer en Tromso esa noche! sinó te lo crees, mira nuestras FOTOS y compruebalo por ti mismo.
En fin, no tuvimos suerte para verlas esta vez, pero eso sí, disfrutamos de la ciudad bien abrigados porque a menos diez grados se nota el frío. También disfrutamos de la gastronomía de la zona en un restaurante junto al puerto mientras veíamos la nieve caer. En resumen…increíble!
Por cierto! Una de las cosas más caras que encontrarás en Noruega es el vino y aún más si estás en una zona remota, cuidado con lo que pides.
A la hora de ver auroras boreales podrás encontrar cantidad de agencias que se dedican exclusivamente a llevarte en minibuses a localizaciones específicas para poder verlas. La verdad que los precios están muy bien porque hay bastante competencia entre ellos. Solo tienes que mirar bien que en el precio que te ofrecen incluyen todo, tanto el desplazamiento y el equipamiento térmico, ya que donde te llevan ya te digo yo que con la chaqueta del decathlon no aguantas ni 10 minutos.
Otra opción un poco más económica es coger un telecabina que te lleva hasta arriba de una de las colinas que rodea Tromso, desde allí en la época correcta y con el tiempo a tu favor puedes disfrutarlas igualmente.
Y si ya eres un crack y tienes una noche totalmente limpia de nubes y niebla se pueden llegar a ver gratis desde cualquier punto de la ciudad donde la contaminación lumínica sea mínima.
Puedes bajarte una aplicación gratuita (Norway-lights) para ver el porcentaje de posibilidades y condiciones meteorológicas para ver auroras boreales.
“Las mejores épocas para ver auroras boreales son entre los meses de Octubre a Marzo. Aunque la época en la que tienes más probabilidad de verlas es en pleno invierno, de Diciembre a Febrero. ”
Realmente no importa la ciudad a la que vayas, las auroras boreales necesitan unas determinadas circunstancias para que aparezcan y a eso le sumas la probabilidad de nubes, niebla, lluvias… todos estos fenómenos atmosféricos que pueden chafar tu objetivo. Por eso, si tienes tiempo, te recomiendo que dediques una semana mínimo a ver las famosas luces del norte.”
A la mañana siguiente después de nuestro desayuno de rigor cogimos dirección al aeropuerto, esta vez con un taxi porque para variar íbamos con la hora justa.
DIA 4: RUTA A FLAM
Al planear el viaje en casa, queríamos visitar tantos sitios diferentes que pensamos que la mejor opción sería alquilar una autocaravana. Y de esta manera tenera libertad de hacer tantos km como quisiéramos, sin depender de los horarios del transporte público, ni preocupaciones del hospedaje.
Desde casa comenzamos a mirar precios para el alquiler de una autocaravana y al principio la cosa pintaba bien, los presupuestos eran asequibles a nuestros bolsillos, pero cuando comenzamos a poner los extras imprescindibles como sábanas y utensilios básicos el precio se disparó, pero a lo loco. De unos 800 euros iniciales la cosa incrementó hasta los 1.400 euros y por ello la idea de la autocaravana se desvaneció.
Entonces miramos la opción de alquilar un coche y la cosa mejoró al instante. Escogimos la compañía Hertz, ya que tenían central en el mismo aeropuerto de Oslo. El precio fue de unos 300 euros para 6 días y sin límite de kilometraje, dato a tener en cuenta porque no todas las compañías incluyen esto y luego a la hora de devolver el vehículo puedes encontrarte con una sorpresa extra.
A la hora de alquilar el coche te hacen pagar una fianza con tarjeta de crédito que puede variar según el modelo de coche que cojas. Alquilamos un volkswagen polo con cambio automático y la fianza fue de 300 euros.
Una vez devuelves el coche con el deposito igual que cuando te lo dieron y sin ningún desperfecto la fianza te la devuelven a los pocos días.
CONDUCIR POR NORUEGA
Un consejo que te damos a la hora de conducir por Noruega es que utilices el freno motor en las bajadas, ya que este país es realmente montañoso. Las carreteras gozan de un número ilimitado de subidas y bajadas bastante largas y si abusas del freno pueden llegar a calentarse y perder calidad de frenada. Si el coche tiene cambio automático como en nuestro caso, coloca la palanca de cambio en secuencial para poder bajar y subir marcha a tu gusto y aprovechar así el freno motor en las pendientes.
Por otro lado no te preocupes por si el coche que alquiles va equipado o no para el invierno. Todos los vehículos ya llevan incorporadas las ruedas de invierno o cadenas en el precio.
En nuestro plan de ruta el primer destino era Bergen, aunque para llegar allí desde Oslo son unas 7h en coche, así que hicimos una parada a medio camino para pernoctar en Flam. Desde el aeropuerto de Oslo tardamos unas 4h y 30min.
Llegamos de noche y durante el camino buscamos hospedaje en la zona, (si como puedes ver somos mucho de ir sobre la marcha). Encontramos unos bungalows a buen precio y con disponibilidad. Cuando llegamos al recinto apenas se veía nada, parecía que estuviera cerrado y en efecto la chica vino expresamente por nosotros. Así que teníamos todo los bungalows para nosotros. Nos recogimos rápido a nuestro hogar esa noche, ya que estábamos exhaustos.
A la mañana siguiente para nuestra sorpresa cuando nos levantamos y abrimos la puerta del bungalow nos quedamos boquiabiertos. Estábamos ubicados justo en medio del valle donde se encuentra el pueblo de Flam rodeados por las imponentes paredes verticales de las montañas. Echa un ojo a algunas de nuestras FOTOS.
Es un pueblecito precioso que realmente recomendamos visitar, aunque sea solo por una noche.
Por la mañana después de como no, nuestro almuerzo de rigor, fuimos de excursión hasta el pie de una enorme cascada que hay en Flam, llamada Rjoandefos, de 240 metros de altura. Y después de perdernos por diferentes senderos disfrutando de la naturaleza y llenarnos los pulmones de aire puro, subimos al coche y continuamos nuestro camino hacia Bergen.
BERGEN
Bergen, es la típica postal que vemos de Noruega ,con sus casitas de madera pintadas de diferentes colores ubicadas en el antiguo embarcadero. Está rodeada de montañas y fiordos, incluido el fiordo de Sogn, el más largo y profundo del país.
En este pueblo tuvimos la oportunidad de probar la carne de ballena, el único lugar de Europa donde se puede degustar esta carne y sinceramente a día de hoy no me siento privilegiado ni orgulloso y sinceramente me arrepiento de haberlo hecho. Espero que se acabe prohibiendo este tipo de pesca.
Lo que nos encantó de Bergen fue perdernos por sus preciosas callejuelas del casco antiguo, ya que gran parte de la ciudad es la típica que podrías encontrar en otros lugares.
Al anochecer aprovechamos e hicimos una pequeña ruta al mirador del monte Fløyen desde donde puedes ver toda la segunda ciudad más grande de Noruega. Muy recomendable ir al anochecer las vistas son fantásticas y el camino asfaltado y bien señalizado.
Para llegar a él hay un funicular que se llama Fløibanen, que te planta cómoda y rápidamente en el mirador a unos 320 metros de altura. Este vale unas 95 o 120 coronas, dependiendo de la época, la subida y bajada. O unos 50 o 60 solo subir. Los tickets los puedes comprar allí mismo siempre y cuando la caseta no esté cerrada, sino tambien se pueden comprar por internet.
A la hora del hospedaje utilizamos la misma técnica y a medida que avanzabamos por la carretera buscamos un apartamento bueno, bonito y barato el cual encontramos sin demasiada dificultad. Una vez amaneció continuamos la ruta con destino a Stavanger.
DIA 5: RUTA HACIA STAVANGER
Para llegar de Bergen a Stavanger existen dos rutas diferentes. Una siguiendo toda la costa atravesando las montañas la cual se alarga bastante y la otra opción, es en línea recta atravesando por el mar entre fiordos.
Nosotros escogimos la más corta por el tiempo del que disponíamos pero si dispones de más días, te recomiendo que indagues sobre el tramo largo, tiene pinta de tener también unas vistas espectaculares.
La ruta más directa tiene una duración de unas 4h i 40 minutos ubicada al Oeste. A lo largo del recorrido deberás coger un par de ferrys pero no te preocupes allí es como coger el bus, lo tiene muy bien organizado y sencillo.
A la hora de pagar el ferry. Otro punto importante que tienes que tener en cuenta a la hora de alquilar el coche. Algunas compañías incluyen un tipo de teletac el cual incluye los peajes de algunas autopistas y también ferrys.
En nuestro caso uno de los ferrys que cogimos entraba con el teletac, el otro no por la zona pero igualmente el precio es muy económico no supera los 18 euros. En tema horarios tranquilo, hay con frecuencia así que no te quedarás tirado, solo chequea el horario para ver a qué hora pasa el último ferry del día.
Mientras disfrutamos del buen tiempo,la carretera y de las vistas preciosas a lo largo del camino hicimos una de las cosas que nos encanta hacer, una parada no planificada y esta vez la verdad que la clavamos.
Teníamos ganas de descansar la espalda y para nuestra sorpresa paramos en un lago precioso a pie de carretera, en medio de la nada, en el municipio de Tysvær. Donde incluso nos remojamos los pies, no os lo recomiendo porque casi pierdo los pies, el agua estaba congelada.
Lugar perfecto para descansar en uno de sus pequeños muelles privados que en estas fechas se encontraban abandonados. Después de un descanso y tomar algunas fotos continuamos con el camino.
STAVANGER
Una vez en Stavanger visitamos la calle Øvre Holmegate o la calle de los colores , una de las zonas más famosas en Stavanger, junto al casco antiguo. Es una de las calles principales de la ciudad, repleta de cafeterías, teterías, librerías, tiendas de decoración y de ropa. Lo mejor que puedes hacer es ponerte a pasear y perderte por sus calles y hacer alguna que otra parada en alguna de sus cafeterías con encanto.
QUÉ HACER EN STAVANGER
Stavanger se encuentra en una región costera la cual está llena de puntos de interés naturales, entre ellos el fiordo lysefjord, el famoso Preikestolen (el Púlpito). También ofrece una impresionante variedad de museos y eventos culturales durante todo el año.
La intención de ir a esta parte de Noruega era subir a Preikestolen. Famoso mirador muchas veces protagonista de películas como Mission impossible – Fallout o series famosas como Vikings.
Un imponente bloque de granito con una altura de 604 metros sobre el nivel del mar y es la atracción más visitada en el condado de Rogaland, situado en Lysefjord, en el distrito de Ryfylke.
Lonely Planet, una de las mayores guías de viajes por el mundo, la nombró una de las más espectaculares plataformas mirador del mundo.
A la hora de alojarnos escogimos el albergue llamado Preikestolen fjellstue o Preikestolen Basecamp ubicado al inicio de la ruta hacia el Púlpito. Un albergue con un toque montañero muy acogedor y un servicio muy atento. Aquí te dejo un LINK para ver disponibilidad y tarifas.
DÍA 6: RUTA A PREIKESTOLEN
Decidimos hacer esta ruta, que está abierta aún en la temporada de invierno, ya que otras muchas rutas están cerradas por el peligro que conlleva el tiempo en invierno, en la montaña puede cambiarte el tiempo de estar soleado a una tormenta de hielo en cuestión de minutos.
Debes empezar el camino de buena mañana, para que no te pille la noche, ya que son unas 4h para subir y bajar sin contar las paradas y el rato que estés en cada lugar donde pares a tomar fotos o disfrutar del paisaje. Si eres novato en el tema senderismo no te preocupes es una ruta muy transitada y está muy bien señalizada, además en el inicio de ruta hay un club excursionista donde podrás alquilar a un guía que te acompañe si lo prefieres.
Para realizar la travesía en invierno es necesario que como mínimo lleves unos grampones para el hielo, ya que en invierno hay muchas zonas donde la nieve está helada, si no dispones de ellos puedes alquilar unos en el mismo albergue aunque no estés hospedado en él. El camino hasta la cima es a través de senderos de montaña y lagos helados.
La ruta no es extremadamente difícil, pero tampoco es de nivel fácil. Con esfuerzo, paciencia y ganas se puede llegar cualquiera que se lo proponga. Es importante ir abrigados, llevar agua y algo de comida como recompensa por llegar a la cima.
Al terminar recogimos todo y montamos en el coche nuevamente dirección a Oslo pero resiguiendo toda la costa sur del país.
Dormimos a mitad de camino, en la ciudad de Kristiansand ya que íbamos bien hechos polvo de la ruta. Esta vez encontramos un hotel estilo El rey león muy divertido, sobre todo si vas con niños.
DÍA 7: RUTA COSTA SUR Y VUELTA A CASA
Continuamos con la ruta y decidimos hacer una parada en un pueblo a medio camino hacia Oslo, no teníamos mirado nada pero de casualidad paramos en Kragero. Tenemos que decir que nos gustó mucho, era un pueblo pesquero, pequeño y bonito. Dimos un paseo por el, disfrutamos de sus vistas y nos hicimos alguna que otra foto con los cañones de un antiguo fuerte justo en la entrada del muelle.
Una vez en Oslo hicimos la visita al museo de barcos Vikingos, que no nos dio tiempo hacer el primer día que llegamos a Oslo. Es un museo cultural histórico que tiene los barcos vikingos mejor conservados del mundo. Es económicamente muy asequible, y la verdad merece la pena. Esta todos los días abiertos, excepto el lunes. Eso sí hay que tener en cuenta que cierra pronto, el horario es de 10 a 16h. Pero recomendable al cien por cien, son de esas cosas que no puedes ver en todos los sitios y merece la pena dejarse caer por ahí.
A la hora de comer algo cerca del museo te recomendamos un restaurante justo al lado, con comida casera buenísima, y un trato muy cercano y cordial. El restaurante se llama café Hjemme hos svigers. Fuimos porque tenía muy buena puntuación en Tripadvisor y la verdad que merecida.
Finalmente llegamos a Oslo y para rematar el viaje nos acercamos a tomar una última copa al Hard rock Café de Noruega. Si, tenemos la afición de visitar todos los hard rock cafés cuando viajamos a países extranjeros.
Una vez hecho el último sköl en Noruega dormimos en una pensión barata y bonita y a la mañana siguiente después de devolver el coche que nos acompañó en todo el viaje nos despedimos de Noruega pero no hasta siempre, ya que volveremos algún verano, nos han quedado muchas cosas pendientes.
Conclusión
Nuestro primer contacto con Noruega ha sido una locura y te recomendamos muchísimo que si hace tiempo que te ronda por la cabeza visitarlo, lo hagas, te enamorarás!
Por nuestra parte, como ya te hemos dicho pensamos volver entre primavera o verano aún no estamos seguros, pero el proyecto ya se está planeando. Esta vez tenemos pensado visitarlo en autocaravana y sin prisas, no sabemos seguro nada pero eso es lo emocionante de la aventura.
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